Irascible medicina deleznable
que sofocas mis crueles intenciones,
aun tranquilas ellas son tan excitables
pues de ellas surgen todas mis pasiones,
y también mis desengaños... ¡Soy culpable!...
de tus labios ensangrados y adorables.
¡Responsable!... de tu dicha y tu fortuna.
Una mueca de tormento miserable
poco a poco, lentamente, me tortura.
El orgullo me hace ciego inevitable
cuando pienso que te trato sin mesura,
mas lo cierto es que eres adorable.
Y si tuve que matarte con premura
sea mi carta una prueba irrefutable
de mis actos, y un expío ineluctable
de mi alma. Con ternura,
Tu fanático asesino.