Levanta el fusil de tu voz
y dispárame esa bala.
Rompe el cristal de mi vida,
lléname de dolor sutil,
pellízcame el corazón.
pellízcame el corazón.
Pues la ausencia que hay en mí
crea el eco de la tuya
cada vez que te menciono.
Teje en mí ese albornoz
que con hilos de caricias
me secaba de las penas
y me sacaba de allí,
de aquel río de pasión
que con caudal de cadenas
me ahogaba muy lentamente.
Frota en mí esa ilusión
que desgastaron tus manos
en la palabra condena.
Y lleva en ti lo que creció
en mi más pura razón,
cuando mi amor ya no pueda
ni siquiera recordarte.
4 reacciones:
25 de enero de 2010, 18:05
Parece que duelen las palabras, tu interior no deja de gritar.
Un beso, Antonio
Ío
1 de febrero de 2010, 19:53
Antonio, que hermoso este dolor que transmites en tu poesía. Siento en el mismo una total entrega , un amor muy especial. Gracias por compartir tan bella poesía. Felicitaciones.
un abrazo, querido amigo poeta, desde Florida , EE.UU.
11 de febrero de 2010, 17:36
pues aca dejandote un gran 2010 y bueno felicitarte por tu blog besoso.
8 de septiembre de 2010, 14:12
podría bien haber sido lo que escribía cuando hice la foto.
gracias por ilustrarla así (y avisa la próxima vez! a la mayoría de fotógrafos les haría ilusión, digo yo)
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