Irascible medicina deleznable
que sofocas mis crueles intenciones,
aun tranquilas ellas son tan excitables
pues de ellas surgen todas mis pasiones,
y también mis desengaños... ¡Soy culpable!...
de tus labios ensangrados y adorables.
¡Responsable!... de tu dicha y tu fortuna.
Una mueca de tormento miserable
poco a poco, lentamente, me tortura.
El orgullo me hace ciego inevitable
cuando pienso que te trato sin mesura,
mas lo cierto es que eres adorable.
Y si tuve que matarte con premura
sea mi carta una prueba irrefutable
de mis actos, y un expío ineluctable
de mi alma. Con ternura,
Tu fanático asesino.
1 reacciones:
5 de noviembre de 2010, 15:37
A pesar de que el que poetizas es un caso límite, argumentaciones del estilo para sustentar la falacia de un amor que no lo es tanto no resultan tan lejanas a mis vivencias ni tan raras como desearíamos. Quizás por eso impacta tanto. Un abrazo, te leía en el portal y te sigo por aquí, recién estrenada.
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