La ventana: enero 2010
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    Ultimátum de mi amor.




    Levanta el fusil de tu voz
    y dispárame esa bala.
    Rompe el cristal de mi vida,
    lléname de dolor sutil,
    pellízcame el corazón.


    Pues la ausencia que hay en mí
    crea el eco de la tuya
    cada vez que te menciono.


    Teje en mí ese albornoz
    que con hilos de caricias
    me secaba de las penas
    y me sacaba de allí,
    de aquel río de pasión
    que con caudal de cadenas
    me ahogaba muy lentamente.


    Frota en mí esa ilusión
    que desgastaron tus manos
    en la palabra condena.
    Y lleva en ti lo que creció
    en mi más pura razón,
    cuando mi amor ya no pueda
    ni siquiera recordarte.


    Colabora con Haití.


     Imagen: Agencia EFE.


    Hoy la tierra se tragó mis emociones
    con el alma de las miles de personas
    que de pobres ni su rastro les quedó.

    Hoy al mundo le tembló su corazón
    mas fue el mundo quien con su condescendencia
    ya a Haití en su desastre condenó.

    Hoy es foco de atención por su desdicha, 
    titulares de codicia se desatan en su causa
    que por causas naturales se crearon.

    Mas por suerte nuestro mundo cotidiano

    es distinto al creado por los medios,
    y por eso digo "Haití, hoy somos todos"
    y de todos, nuestra ayuda para ellos.