La ventana: junio 2010
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    Espina





    En un suspiró creció,
    todo el calor que fraguó,
    cada emoción tan sincera. 

    En un momento se fue,
    ni siquiera dijo adiós,
    toda fe a mis maneras. 

    Y mi corazón chocó,
    y profundo se clavó,
    en tus sangrantes espinas. 

    Pues eres rosa de amor, 
    delicada y bella flor, 
    que me atrapaste la vida.