Si volviera a mi memoria del revés,
estaría hoy tan lejos como a uno de tus pasos,
tras un muro de palabras desmedidas.
En tal día como aquel se convertía
cada sueño en un cruce de intenciones.
Ilusión tras ilusión, pude sentirte
en lo más lejano de mi alma.
Nadie más entendería este universo
tras las puertas de mi corazón.
Obediente sensación fue desearte
solamente aquí, junto a mi lado.
Todavía mis sentidos se rebelan contra mí,
Rebujándome el recuerdo con ese amor
enfundado en un trozo de cristal
intemporal, que se clavó en mi piel.
No sólo sentí dolor, sino que lo deseaba.
Todavía está marcada de suspiros
aquella cicatriz que el destino suturó.
Del rescoldo del fuego con que jugamos
incendiamos nuestras vidas de pasión.
Aunque pronto esa lumbre se apagó, y tras ella
se marcharon cada uno de mis días junto a ti.
2 reacciones:
9 de noviembre de 2009, 16:42
Qué triste me quedo, Antonio; cuanto dolor has escrito en estos versos.
Gracias por tan profundas palabras.
Un beso
Ío
9 de noviembre de 2009, 17:54
Antonio, felicitaciones por su destreza para dibujar el dolor de forma poética. Cada verso respira el dolor por lo que ya no puede ser. Bravo!
Hermoso dolor que acompaña la memoria que le da vida a recuerdos felices del amor. Triste melancolía que aprisiona por unos momentos.
besos,
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