Otra asertiva obra de este escritor latinoamericano: Gabriel García Márquez
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora mayor que tiene dos hijos, uno de 19 y una hija de 14.
Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
‘No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo’.
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
‘Te apuesto un peso a que no la haces’. Todos se ríen. Él se ríe.
Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla,
Y él contesta:
‘es cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana
sobre algo grave que va a suceder a este pueblo’.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, feliz con su peso y le dice :
Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
¿Y por qué es un tonto?,
Porque no pudo hacer una carambola sencillísima, según él preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Y su madre le dice:
No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne y le dice al carnicero:
‘Deme un kilo de carne’, y en el momento que la está cortando, le dice:
Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado’.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de
carne, le dice:
‘mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas’.
Entonces la vieja responde:
‘Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos…’
Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.
Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde.
Alguien dice:
¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
Sin embargo, dice uno, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.
Sí, pero no tanto calor como hoy.
Al pueblo todos alerta, y a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
‘Hay un pajarito en la plaza’. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.
Pero señores, dice uno siempre ha habido pajaritos que bajan aquí.
Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
Yo sí soy muy macho, grita uno. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve.
Hasta que todos dicen:
‘Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos’.
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.
Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
‘Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa’, y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio
de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado:
¿Viste m’hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?
Esto es lo que en sociología llaman “la profecía autocumplida” o “el efecto Pigmalión”.
Por eso:
· No hagas caso del rumor.
· No seas un instrumento para crear el caos.
· Lo negativo atrae a lo negativo
· Sé POSITIVO.
· Tratemos de construir con visión de futuro y no de destruir lo que tenemos.
“SI SEGUIMOS HABLANDO Y PENSANDO EN LA CRISIS, INDUDABLEMENTE ÉSTA SE HARÁ MÁS FUERTE". PENSEMOS POSITIVAMENTE Y TRATEMOS DE MANTENER NUESTRAS MENTES SIEMPRE POSITIVAS, SI HEMOS LOGRADO SOBREVIVIR MUCHAS CATÁSTROFES Y HEMOS SALIDO SIEMPRE ADELANTE, POR QUÉ ESTRESARNOS AHORA.
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora mayor que tiene dos hijos, uno de 19 y una hija de 14.
Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
‘No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo’.
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
‘Te apuesto un peso a que no la haces’. Todos se ríen. Él se ríe.
Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla,
Y él contesta:
‘es cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana
sobre algo grave que va a suceder a este pueblo’.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, feliz con su peso y le dice :
Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
¿Y por qué es un tonto?,
Porque no pudo hacer una carambola sencillísima, según él preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Y su madre le dice:
No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne y le dice al carnicero:
‘Deme un kilo de carne’, y en el momento que la está cortando, le dice:
Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado’.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de
carne, le dice:
‘mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas’.
Entonces la vieja responde:
‘Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos…’
Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.
Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde.
Alguien dice:
¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
Sin embargo, dice uno, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.
Sí, pero no tanto calor como hoy.
Al pueblo todos alerta, y a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
‘Hay un pajarito en la plaza’. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.
Pero señores, dice uno siempre ha habido pajaritos que bajan aquí.
Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
Yo sí soy muy macho, grita uno. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve.
Hasta que todos dicen:
‘Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos’.
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.
Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
‘Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa’, y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio
de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado:
¿Viste m’hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?
Esto es lo que en sociología llaman “la profecía autocumplida” o “el efecto Pigmalión”.
Por eso:
· No hagas caso del rumor.
· No seas un instrumento para crear el caos.
· Lo negativo atrae a lo negativo
· Sé POSITIVO.
· Tratemos de construir con visión de futuro y no de destruir lo que tenemos.
“SI SEGUIMOS HABLANDO Y PENSANDO EN LA CRISIS, INDUDABLEMENTE ÉSTA SE HARÁ MÁS FUERTE". PENSEMOS POSITIVAMENTE Y TRATEMOS DE MANTENER NUESTRAS MENTES SIEMPRE POSITIVAS, SI HEMOS LOGRADO SOBREVIVIR MUCHAS CATÁSTROFES Y HEMOS SALIDO SIEMPRE ADELANTE, POR QUÉ ESTRESARNOS AHORA.
6 reacciones:
29 de abril de 2009, 23:01
me encanto este post, no habia leido este texto de garcia Marquez y eso que lo sigo bastante... creo que es un buen ejemplo de todo lo que esta pasando. Muy bueno!
30 de abril de 2009, 4:53
Los medios de comunicaión alarman a la población!!! Hay que preocuparse y prevenir, pero no ocuparse y alarmar...
1 de mayo de 2009, 18:06
Últimamente yo también me levanto con la sensación de que va a pasar algo negativo... Y lo más preocupante: esta sensación no sólo la encuentro al encender la T.V. El mundo en el que vivimos va por mal camino.
De nosotros depende dar la espalda a los problemas de otros y vivir felices y despreocupados... o solidarizarnos y actuar en consecuencia.
Malas noticias tendremos siempre. Manipulación por parte de los medios también. Pero los medios nos acercan a la realidad del planeta que de otra manera nunca llegaríamos a conocer.
Que hay personas que nos necesitan... es una realidad a la que no podemos dar la espalda.
Por eso, tal vez, esta sensación de malestar... no me abandona.
20 de mayo de 2009, 22:08
Hola nuevo amigo, el pots es muy bueno. Estoy total mente de acuerdo.en que lo negativo atrae lo negativo.
En cuanto a la crisis. Creo que las personas estamos demasiado bien acostumbrados.
Quizás tengamos que cambiar, algunas cosas. Buscarnos la vida. Como se suele decir. Y si tienes que moverte a otro lugar para encontrar otro trabajo pues se hace. Es mi opinión Saludos fue un placer leerte.
5 de junio de 2009, 2:37
¿Mala idea anunciar que te coge la crisis?
Por Víctor Hugo Purón Fonseca
vhgato@yahoo.com
Si darse cuenta de la crisis y hablar de ella sólo se tratara de profecía autocumplida o efecto Pigmalión -como se le atribuye al Gabo tal conclusión, a partir de una fábula moderna que tiene, según veo, otro sentido-, no sería este un incendio y una estampida reales, un más que gravitante peligro sobre todos los pueblos, una monstruosa presencia cierta en la propia sala de cualquiera.
La advertencia hecha tempranamente por Carlos Marx no fue (no es), válganos, mera profecía, como la que hubiera emitido la inspiración de una madrugadora vieja en ayunas o cualquier adivinador de cábalas por afición o impulso, sino acción consciente y de praxis como veedor profundo en las entrañas de los pueblos, para que así lo definiera José Martí, y descubridor de los mecanismos socioeconómicos que provocan las crisis.
El moro alemán y universal dijo lo que dijo porque conocía profundamente y sin aspavientos cómo estaba hecha la sociedad y a dónde la conducía irremisiblemente esa forma de ser, por leyes del sistema de las relaciones entre las personas.
Incluso, para mal llevar cualquier sambenito de profeta místico, tuvo el acierto, como buen revolucionario de su tiempo, de ser lo suficientemente apasionado para imprecisar el acabose futuro con el argumento -que devino insuficiente- de las crisis cíclicas y cada vez más profundas.
Ni imaginarse podía el gran aguafiestas del capital la globalización integral contemporánea de todos los absolutos, que se ha dado en este mundo multiconectado para anunciar una crisis de nuevo tipo como es la actual: económica, financiera, alimentaria y ecológica.
Nadie, pues, ya que ni siquiera hubiera podido serlo el todopoderoso Marx, ha sido autocumplidor de su profecía ni cuco moderno de sí mismo. Lo incontrovertible es que aunque el estropicio acaece en las cúpulas financieras, sus consecuencias vienen a parar, como platos rotos que deben pagarse, a las más humildes cabañas. "Han echado basura en mi verde jardín", podría decirse con el poeta cantor Silvio Rodríguez.
El viejo metemiedos del saco sigue siendo el mismo capitalismo de antes pero más decrépito y más maldito, que convierte su real mandamás -el dinero- en papelitos desvalorizados, después que juró y perjuró que tanto valían los virtuales valores de su casino especultativo como las cosas verdaderas que se emplean para satisfacer en rigor el alma y el cuerpo de la gente.
El mismísimo que acaba con el medio ambiente y los recursos naturales, convierte la comida en combustibles mientras cientos de millones de personas no tienen que comer, deja sin trabajo a otras decenas de millones entre los cuales hay gente que incluso decide preferir estar muerto a vivir en esa locura y él mismo se agencia el pasaje sin regreso al más allá.
Ninguna mentira diría quien en el billar del pueblo comunique, aún después de fallar la carambola sencilla, que el que le vende la carne al carnicero lo hace cada vez más caro, este último ha subido a la estratósfera los precios sobre el mostrador y la vieja que antes compraba una libra ahora sólo le llega con sus quilos a cuatro onzas de piltrafa, lo cual es de por sí algo bastante extraordinario.
Por el contrario, hace bien en avisar sin alarmismo irresponsable, pero con precisión objetiva, a los despreocupados parroquianos del billar que esta misma tarde el pueblo de hace un rato no será el mismo, y que la solución no es pegarle candela e irse con los cheles a otra parte, a una supuesta tierra dorada "fuera de esta mierda llena de egoísmo" -también aprovechando a otro inspirado cantautor cubano-, sino rebuscar en casa propia esas grandes riquezas que les permitan seguir viviendo en él.
Un patíbulo o similar remedio radical de caballo, quería Martí en los pueblos para quien no les dijera a tiempo la verdad.
17 de marzo de 2010, 19:35
El cuento es parte del discurso que GGM pronunció en un congreso de escritores en Caracas, en el mismo momento en que le estaban entregando el premio Rómulo Gallegos a Mario Vargas Llosa. Es la base del guión de la pelicula "Presagio" de Luis Alcoriza.
visita mi blog
www.memorabiliaggm.blogspot.com
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