A tus pies caigo rendido
porque desde que te conocí
me administras la esperanza
en dosis tan pequeñitas
que se me torna imposible olvidarte.
Ante el deseo de buscarte,
tu virtud de encontrarme
en ese momento preciso
en el que te necesito:
a todas horas del día.
Bajo la luz de la luna,
porque hoy es luna llena,
he pronunciado tu nombre,
por si el eco de mi voz
te llegara a través de las estrellas.
Cabe pensar que necesito
amarte cada día con más fuerza.
No me dejes que te ame,
porque el amor crea locos
y yo quisiera vivir cuerdo
eternamente, entre tus labios.
Con ansiedad, a tus besos
me agarro, por miedo a caer.
Mas si caigo en la razón,
otra vez, con recordarte me basta.
Porque estás en mi memoria.
Contra toda posibilidad
de equivocarme, te quiero.
Pues la huella de tus ojos
perforó mi corazón.
Aunque no sentí dolor,
pues detrás de tu mirada
está el opio del afecto.
Pero ello no me basta,
y ahora busco un sentimiento
que solo tus besos pueden darme.
De buscarlos, los encontré.
Mi tozudez pudo sobre mí.
Y mis ganas por saber de su sabor
me llevaron a emprender este camino.
Desde el fondo de tus ojos
inicié esta mental travesía,
odisea hacia lo desconocido.
Promesa por conocer.
En la morada del cielo
pasé, pero allí no te encontré
porque ya te habías ido,
sabiendo que mi voz ya te buscaba
desde aquella luna llena.
Entre las olas del mar,
navegué por tempestades,
por aguas calmas también.
Aunque tu voz retumbaba
en la palma de mis manos,
pues sentía su calor, te perdí.
Mas no quise desistir.
Hacia el fondo del océano,
arrojé mis lágrimas,
que se fundieron con el agua
y se hicieron tan oscuras
como la noche aterciopelada.
Hasta encontrar a tus labios
dediqué toda mi vida.
La esperanza que me diste
mantuvieron a mis ganas,
y todavía dispongo
de mi otra media vida
para poder disfrutarlos.
¿Quién lo diría?
Media vida dedicada a ti,
y la otra media también.
Sin saber muy bien por qué
me siento tan vacío
como el viento del desierto
si no estás.
Por siempre jamás,
te amaré. Te amaré
para siempre.
Según tengo entendido,
el amor no entiende de razones,
ni tampoco de motivos,
solo de impulsos.
Y mi impulso hacia ti
cada día va creciendo.
Sin ti me vuelvo loco.
Definitivamente he rodado
hacia la trampa de tu amor.
Cual campesino enfermado
con la fiebre de tu oro.
Conscientemente inconsciente.
So pena de caer, deambulo
entre los márgenes de mi destino,
deseando alguna vez salirme de él
y encontrarme con el tuyo.
Aunque eso es imposible.
Sobre la cuerda de mis sueños
mi ilusión pende de un hilo
atado, en un extremo a ti,
y en el otro, a mi corazón.
Tras la marca de tus pasos
pisan mis pies,
intentando no borrarlos.
¡Quién sabe si algún día necesito
retroceder al pasado
para hallarte en el futuro!
Peores cosas se han visto.
Durante toda la eternidad
te amaré. Te amaré
eternamente.
Mediante el motor de mi deseo.
~
porque desde que te conocí
me administras la esperanza
en dosis tan pequeñitas
que se me torna imposible olvidarte.
Ante el deseo de buscarte,
tu virtud de encontrarme
en ese momento preciso
en el que te necesito:
a todas horas del día.
Bajo la luz de la luna,
porque hoy es luna llena,
he pronunciado tu nombre,
por si el eco de mi voz
te llegara a través de las estrellas.
Cabe pensar que necesito
amarte cada día con más fuerza.
No me dejes que te ame,
porque el amor crea locos
y yo quisiera vivir cuerdo
eternamente, entre tus labios.
Con ansiedad, a tus besos
me agarro, por miedo a caer.
Mas si caigo en la razón,
otra vez, con recordarte me basta.
Porque estás en mi memoria.
Contra toda posibilidad
de equivocarme, te quiero.
Pues la huella de tus ojos
perforó mi corazón.
Aunque no sentí dolor,
pues detrás de tu mirada
está el opio del afecto.
Pero ello no me basta,
y ahora busco un sentimiento
que solo tus besos pueden darme.
De buscarlos, los encontré.
Mi tozudez pudo sobre mí.
Y mis ganas por saber de su sabor
me llevaron a emprender este camino.
Desde el fondo de tus ojos
inicié esta mental travesía,
odisea hacia lo desconocido.
Promesa por conocer.
En la morada del cielo
pasé, pero allí no te encontré
porque ya te habías ido,
sabiendo que mi voz ya te buscaba
desde aquella luna llena.
Entre las olas del mar,
navegué por tempestades,
por aguas calmas también.
Aunque tu voz retumbaba
en la palma de mis manos,
pues sentía su calor, te perdí.
Mas no quise desistir.
Hacia el fondo del océano,
arrojé mis lágrimas,
que se fundieron con el agua
y se hicieron tan oscuras
como la noche aterciopelada.
Hasta encontrar a tus labios
dediqué toda mi vida.
La esperanza que me diste
mantuvieron a mis ganas,
y todavía dispongo
de mi otra media vida
para poder disfrutarlos.
¿Quién lo diría?
Media vida dedicada a ti,
y la otra media también.
Sin saber muy bien por qué
me siento tan vacío
como el viento del desierto
si no estás.
Por siempre jamás,
te amaré. Te amaré
para siempre.
Según tengo entendido,
el amor no entiende de razones,
ni tampoco de motivos,
solo de impulsos.
Y mi impulso hacia ti
cada día va creciendo.
Sin ti me vuelvo loco.
Definitivamente he rodado
hacia la trampa de tu amor.
Cual campesino enfermado
con la fiebre de tu oro.
Conscientemente inconsciente.
So pena de caer, deambulo
entre los márgenes de mi destino,
deseando alguna vez salirme de él
y encontrarme con el tuyo.
Aunque eso es imposible.
Sobre la cuerda de mis sueños
mi ilusión pende de un hilo
atado, en un extremo a ti,
y en el otro, a mi corazón.
Tras la marca de tus pasos
pisan mis pies,
intentando no borrarlos.
¡Quién sabe si algún día necesito
retroceder al pasado
para hallarte en el futuro!
Peores cosas se han visto.
Durante toda la eternidad
te amaré. Te amaré
eternamente.
Mediante el motor de mi deseo.
~
MEMENTO
A tus pies caigo rendido
ante el deseo de buscarte
bajo la luz de la luna.
Cabe pensar que necesito
con ansiedad a tus besos,
contra toda posibilidad
de buscarlos, los encontré:
Desde el fondo de tus ojos,
en la morada del cielo,
entre las olas del mar,
hacia el fondo del océano.
Hasta encontrar a tus labios
para poder disfrutarlos
por siempre jamás.
Según tengo entendido,
sin ti me vuelvo loco.
So pena de caer, deambulo
sobre la cuerda de mis sueños
tras la marca de tus pasos.
Durante toda la eternidad
Mediante el motor de mi deseo.
bajo la luz de la luna.
Cabe pensar que necesito
con ansiedad a tus besos,
contra toda posibilidad
de buscarlos, los encontré:
Desde el fondo de tus ojos,
en la morada del cielo,
entre las olas del mar,
hacia el fondo del océano.
Hasta encontrar a tus labios
para poder disfrutarlos
por siempre jamás.
Según tengo entendido,
sin ti me vuelvo loco.
So pena de caer, deambulo
sobre la cuerda de mis sueños
tras la marca de tus pasos.
Durante toda la eternidad
Mediante el motor de mi deseo.
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